

Vibram Hong Kong 2019
Fecha: Sábado 19 de enero 2019
Lugar: Hong Kong
País: China
Distancia: 100K
D+: 5.300
Un día como otro cualquiera, de esos que te pones a pensar donde te gustaría correr, me vino a la mente el continente asiático. Consulté el calendario del Ultra Trail World Tour y di con mi siguiente destino, Hong Kong. Comenzó la búsqueda de información, para ver los requisitos de entrada y poder optar a la inscripción, la cual conseguí a mediados de julio, cuando me llegó un email de confirmación.
Como siempre, y aunque quedan seis meses para la carrera, hay que ir buscando el vuelo y alojamiento, para poder obtener un precio más asequible haciendo la compra con antelación. Como no soy profesional ni nadie me auspicia, todo sale de mis ahorros. La organización publica una serie de hoteles con descuentos y extras incluidos, los cuales colaboran con ellos. Me decido por una zona tranquila, el barrio de Sha Tin, junto a un rio y el lugar perfecto si quieres descansar los días previos a la carrera.
Es hora de buscar el vuelo y me decido por pasar unos días antes en la ciudad australiana de Melbourne, evitando así volar durante más de un día y llegar muy cansado. Serán 13 horas de vuelo desde Santiago. Melbourne es una apacible ciudad, con grandes parques y avenidas, poco tráfico y mucha educación vial. Mucha gente usa la bicicleta como medio de transporte. Aprovecho a ver a mi amigo Keno que vive allí y a ver un partido del Australian Open de tenis. Esto me ayuda a liberar la mente de los nervios previos a la carrera. Son días de más de 30°C, así que aprovecho a ir a la playa, a beber mucho y pasear sin prisa por la cuidad.
Jueves 17 de enero, toca tomar el avión con una duración de nueve horas hasta Hong Kong. Me decido por ir en taxi, UNOS 350HKD, así aprovecho más el día para ver las cercanías del hotel.
Hong Kong no tiene muchas cosas que ver, es escaso en museos, lugares históricos, etc. Tiene un mirador, The Peak, situado en la isla de Hong Kong, donde se ve toda la península llena de rascacielos (https://www.thepeak.com.hk/en). Puedes subir en el viejo tranvía o caminando, siendo esta última mi elegida.
Hong Kong es un paraíso para hacer compras, sobre todo tecnología y como muchas ciudades, con mucha gente y tráfico en el centro de la ciudad.
Sábado 19 – Cuando no me divierto –
La mañana amanece despejada en Hong Kong, pocas nubes se divisan a lo lejos de la ciudad. En el hotel estamos varios corredores y completamos el bus de acercamiento al lugar de la salida.
Con todo listo en la mochila, me dirijo a dejar una bolsa en el Punto de Control 5, en la cual meto los bastones, algo de comida en polvo, un gorro, una camiseta, unos calcetines, un frontal y una tercera capa. La otra bolsa la dejo para la línea de meta, con ropa de calor para quitarme la ropa mojada al llegar.
Es hora de darse una vuelta y hacerse fotos con los corredores TOP del circuito, que han llegado allí para estar en el podio. Este rato fotográfico, me sirve para despejar los nervios y llevarme unas selfies con ellos, en quienes nos fijamos los amateurs.
Me encuentro con Rubén, un español que saldrá en primera fila, listo para luchar los primeros puestos.
El viento se para y hace calor, así que aprovecho para despojarme del cortaviento y ponerlo en la mochila justo antes de que de la largada. Estoy listo, concentrado, con el circuito en mi mente, estudiado y marcados los puntos más difíciles, estoy listo para divertirme en esta gran experiencia asiática.
Se da la salida a las 8am y todos salimos en estampida por el asfalto, pues en breve, se tornará hacia un camino de montaña donde se agruparán los corredores, es un pequeño camino y toca caminar en fila de a uno.
La ruta se ensancha y volvemos al asfalto, rodeados de árboles, pasando por una presa que deja divisar su majestuosidad imponente con sus muros, mientras nosotros, los pequeños, caminamos y corremos por sus muros.
Pasan los minutos y la temperatura aumenta considerablemente, algo no esperado por nadie, dejando que el sol nos alumbre fuertemente con sus rayos y sin una sombra por la que correr. Soy rápido en asfalto y logro adelantar a varios locos ultreros como yo. Se termina el concreto y llegan las temidas escaleras, no son pocas, son miles, de distinto tamaño, naturales y artificiales, subiendo y bajando, acompañadas por raíces lo que hace estar concentrado al máximo para no tropezar y caerse. De pronto, se ve una pequeña playa y buenas escaleras que dan acceso a ella. La arena es firme y el agua no tiene olas, la humedad se nota junto a ella más que nunca.
Muchos voluntarios están en todo el recorrido, sin dejar duda a equivocarte en la ruta y animando sin parar. Bravo por los voluntarios.
En los puntos de control, hay de todo, mucha agua, coca cola, bebida energética, fruta, frutos secos, geles, bizcocho, galletas, dulces, barritas, no falta de nada, hasta en algunos hay arroz, sopa, dulces, etc… Son los mejores que he visto en las carreras. Bravo por la organización.
Pasan los kilómetros y me doy cuenta de que estoy cansado, algo torpe, casi me caigo un par de veces. Miro al sol, que sigue pegando fuerte y me doy cuenta: El calor y la humedad me ha afectado mucho, estoy deshidratado. Miro mis botellas y no he bebido lo suficiente. Bajo el ritmo hasta llegar al siguiente punto de control, donde bebo mucho, como, descanso y salgo caminando.
Intento cambiar el ritmo y correr, pero mi cuerpo no responde, me manda mensajes de alerta «camina, no corras, no tengo fuerza para que puedas correr». Vuelven las escaleras y el paso por otra playa, camino rápido para escapar del sol y adentrarme en la vegetación. Más y más escaleras y raíces, por mi cabeza pasan muchos pensamientos, «he entrenado para este día, intenta seguir», «Tus amigos están apoyándote», «Camina, estás cansado», «detente, respira, distráete unos minutos».
Llego al PC4 y ahí decido descansar más tiempo, distraer la mente. Algunos corredores están sentados, otros en atención médica porque se han caído y otros pasan corriendo. Veo que restan 6 kilómetros para el siguiente PC y me animo para seguir en la carrera. Sube y baja, camina, intento correr, pero no puedo y tomo la decisión «en el CP5 me voy a retirar». Me duelen las rodillas y no quiero dar un paso más, prefiero parar en el kilómetro 57 y no exigir más al cuerpo y que esto conlleve una lesión. Llego al PC5, donde veo a Rubén sentado y me dice que se retira, su estómago no le deja continuar y lo está pasando mal. Hablo con él y le digo que yo tampoco voy a seguir y acudo a la organización a indicar que estoy fuera de la carrera, no voy a continuar.
Hasta aquí ha llegado mi participación en Hong Kong 100 Ultra, no ha sido mi día, he cometido errores, no sólo en la carrera, si no antes de llegar a ella. Anoto todo en mi cabeza para buscar las causas, se lo envío a mi entrenador y le indico cuales han sido mis falencias y cuales mis virtudes. Es hora de solventar unas y seguir potenciando otras, aprender de todo y seguir adelante, a pensar en el siguiente reto y trabajar duro, ser constante, aplicado como hasta ahora. Ha sido mi primer DNF, siempre he pensado que el día que me encontrara mal, que no me divirtiera en una carrera, me detendría valorando el cuidar mi cuerpo y no maltratarlo si no es el día. Estoy contento, lo malo ya ha pasado y he dado todo lo que tenía.
De todo se aprende, ya he encontrado las causas y las estoy corrigiendo. La mejor opción es tenerlo todo claro, escribir en papel todo para encontrar la raíz y de ahí buscar la solución.
Es hora de volver al alojamiento, ducharse, comer bien y darle el merecido descanso al cuerpo, cuidarle mejor que nunca, dormir, descansar, beber mucho y caminar al día siguiente para ayudar a la recuperación.
Maleta lista y checkout realizado, poniendo rumbo al aeropuerto, de regreso a Chile con escala en Los Ángeles, casi 24 horas de vuelo me esperan.
Hoy llegó un email de la organización con los resultados y para mi sorpresa, indica que casi el 30% de los corredores se han retirado, escriben que ha sido la carrera más dura, con más calor y dificultad. Enhorabuena a todos los que han terminado, han luchado contra las montañas de Hong Kong y las han vencido.
Esta ha sido la historia de un viaje con la excusa de correr, la de mi filosofía de vida, viajar, aprender, conocer, compartir y sonreír.
Las montañas me esperan en Santiago. Volveré a divertirme sin duda.
Sobre El Autor
Diego Hernández
Loco e inquieto, viajo por el mundo con la excusa de correr.