

Squamish 2017
http://squamish50.com
Fecha: Sábado 19 de agosto 2017
Lugar: Squamish
País: Canadá
Distancia: 50K
D+: 2.500
Rondando por mi cabeza inquieta a la hora de buscar un nuevo lugar por conocer y poner como excusa correr, hablé con mi compañero René Castel, toda una leyenda del ultra trail chileno, quien me dijo «Squamish» corre esa clásica de Canadá. Para mí un nombre no conocido, por lo que me pongo en marcha para ver los requisitos de inscripción y posteriormente el tema de transporte y alojamiento. ¡Perfecto! cumplo todos los requisitos. La carrera empieza en el momento en que te inscribes y me gusta recopilar información y estudiarme la altimetría y lugar de los puntos de abastecimiento.
La pequeña población de Squamish, situada en British Columbia, a pocos kilómetros de Vancouver, Canadá, donde una grande del trail, Gary Robbins, organiza una carrera con varias distancias, 50Millas/50Kilometros, 50KM y 23KM. La primera sería correr un día 50Millas y al siguiente 50KM, apta para verdaderos portentos muchísimo más experimentados que yo, por lo que me decido por inscribirme en 50KM, la que será mi mayor distancia de trail running. 2500 de desnivel positivo y 2750 negativos, serán mi reto por superar.
Pasan los meses y sin pensarlo estoy allí, rodeado de inmensas montañas, ríos y bosques, una localidad muy limpia y tranquila, donde está la meta de todas las distancias.
Todo listo, en una mañana veraniega, comienza la carrera a las 6am, a pocos kilómetros de Squamish, junto a un lago, nos dan una corta y precisa charla técnica y tras esta comienzan los nervios hasta situarme en la largada.
Comienza la carrera con poca inclinación por unos kilómetros, lo genial para poner el motor en su ritmo óptimo. Los caminos son angostos, cuesta adelantar, por lo que decido guardar fuerzas para la primera y dura subida llena de ramas y raíces. La humedad y el calor se hacen presentes, no puedo ni llevar la gorra, tengo calor, bebo, bebo mucho hasta llegar el primer punto de control, donde hay de todo, geles, gomitas, papas cocidas, papas fritas, electrolitos, frutos secos, agua, refresco de cola, etc…
Tras el primer esfuerzo llega la parte más difícil, muchos kilómetros de descenso técnico y rápido, lleno de muchas ramas y grandes rocas, me gusta el descenso, no me apuro, recién salí de una contractura en el isquiotibial y necesito controlar mis ganas de ir más rápido. Pasan las horas y los kilómetros y enfrento la última subida de varios kilómetros y menos técnica. Llega el kilómetro 32 y noto un tirón en el abductor, el cual ha estado compensando la debilidad de mi isquiotibial, tengo que ir más lento, camino, como, bebo y pienso en retirarme en el siguiente punto de control, para el cual restan 8 kilómetros y si retrocedo sería casi lo mismo. Toda clase de pensamientos pasan por mi cabeza, he trabajado para esto y si no se pasa el dolo tengo que retirarme, me pongo triste, me desespero, busco toda clase de recuerdos positivos para distraerme, una persona a la que perdí hace poco llega a mi cabeza y eso me da fuerzas. Llego al esperado punto de control en el kilómetro 40 con menos dolor, descanso, repongo fuerzas, pienso, pienso mucho el retirarme y decido seguir caminando los 11 kilómetros que restan.
No tengo problema caminando, pero si aumento mi ritmo mucho el dolor aparece de nuevo. Logro mantener un ritmo lento y constante en la última bajada con caminos anchos, angostos, resbaladizos, arenosos, húmedos, llenos de raíces, tardando más de una hora en hacer pocos kilómetros, llega la parte llana hasta la meta, tres kilómetros que se me hicieron eternos. Al fondo se escucha música, la gente te va animando, aunque tu cara sea la peor de tu vida, sonrió, entro en el parque, cruzo la meta donde Gary Robbins me recibe con un abrazo y una tremenda sonrisa, como hace con todos los finalistas. 8 horas 4 minutos marca el cronómetro, me duele todo, apenas puedo elongar sin que aparezca un tirón muscular, como, camino, descanso y veo llegar a todos los demás.
Es un caluroso día de verano, inolvidable, duro, cansado, con muchas cosas que pensar, recapacitar y mejorar para futuro.
Gracias Squamish, algún año volveré a por las 50 millas.
Sobre El Autor
Diego Hernández
Loco e inquieto, viajo por el mundo con la excusa de correr.